REFORMA INTEGRAL DE UN PISO EN EL EIXAMPLE

En el corazón del Eixample barcelonés, muy cerca de la Casa Milà, esta vivienda de 90 m² se sitúa en una esquina privilegiada. La geometría del chaflán, tan característica del tejido urbano de Barcelona, ofrece una orientación sur poco habitual, permitiendo una entrada constante de luz natural.

La forma singular de la planta, lejos de ser un condicionante, se convierte en el alma del proyecto. El espacio se articula a partir de un recibidor que actúa como una rótula central, un engranaje que organiza la vivienda evitando pasillos, generando visiones cruzadas y favoreciendo una circulación fluida. 

Este núcleo revestido en tonos burdeos oscuros, panelados de madera y suelos hidráulicos restaurados marca el punto de transición entre lo íntimo y lo abierto. El contraste entre los materiales más oscuros del centro y la luminosidad de las estancias que lo rodean intensifica la percepción espacial y refuerza la idea de recorrido.

La decisión de despejar la fachada principal de tabiques y utilizar puertas correderas permite liberar visualmente toda la longitud de la vivienda, potenciando la conexión visual entre espacios y la entrada de luz natural. Así, la vivienda se abre completamente hacia el exterior, aprovechando su orientación sur para acompañar la vida cotidiana con los cambios de luz a lo largo del día y las estaciones.

La intervención se apoya en materiales nobles y acabados tradicionales: estuco de cal en los baños, trabadillo en paredes, veladuras de cal en techos, suelos de madera natural y baldosa hidráulica original recuperada en zonas de paso y baños. 

En conjunto, estos elementos construyen una atmósfera cálida, sobria y atemporal. El mobiliario, de líneas sencillas y marcado carácter mid-century, incorpora una capa adicional de memoria y afecto al proyecto, reforzando la vocación doméstica y serena del espacio y dialogando con la arquitectura desde la sensibilidad y el cuidado por los objetos.

La distribución se organiza en torno al recibidor, que divide la planta en dos alas claramente diferenciadas. En un extremo, la suite principal se configura como un espacio sereno y recogido. En el ala opuesta se despliega la zona de día: salón, comedor y cocina, en un espacio amplio, abierto y luminoso. Esta área se completa con una habitación de invitados y un estudio versátil que también puede alojar, adaptándose a las necesidades del momento. La disposición del programa genera secuencias espaciales fluidas, que permiten disfrutar tanto de la apertura como del recogimiento.

Esta casa no impone una forma de habitar, sino que se adapta y se transforma. Como una articulación flexible, permite que la vida fluya con la luz, con el paso del tiempo y con los recuerdos. Un refugio contemporáneo que apuesta por lo esencial: la calma, la belleza de lo sencillo y la continuidad entre el presente y la memoria material.