11 de junio de 2018

Comprar para reformar: ¿una buena inversión?

Tras varios años de bajadas en el precio de la vivienda, que ya acumula un descenso superior al 30 % desde que en el 2007
estalló la crisis inmobiliaria, algunos compradores empiezan a sentirse atraídos por la posibilidad de encontrar buenas
oportunidades de inversión.

La buena relación ubicación-precio de algunos edificios antiguos, en pleno centro de una localidad, con mejores servicios y mejor transporte público, ha llevado a muchos compradores a plantearse adquirir una vivienda antigua más barata de base y con posibilidades de reforma.

Buenas condiciones de negociación y ventajas fiscales

Las viviendas antiguas ofrecen al comprador un buen escenario para la negociación. Suelen ser inmuebles con pocas cargas financieras, lo que permite al vendedor más independencia, y suelen necesitar alguna reforma, factor que juega a favor del comprador para la obtención de una rebaja en el precio.
Además, el comprador podrá acogerse a todas las ventajas propias de la compra de vivienda de segunda mano, así como a las previstas para la posterior rehabilitación.

Se aconseja que la negociación contemple el importe estimado de la posterior rehabilitación, con un cierto margen al alza, dada la incertidumbre que siempre existe en este tipo de obras.

Una vivienda única

Si se tiene la visión espacial precisa, los resultados de este tipo de operaciones pueden ser espectaculares, por su singularidad y adaptación a las necesidades de cada quién. Sin embargo, no hay que obviar que se trata de una operación comercial de elevado riesgo, que precisa de un mínimo de conocimientos por parte del comprador y donde el estado de conservación del edificio es determinante.

Es indispensable contar con el visto bueno de la Inspección Técnica de Edificios (ITE), también hay que comprobar que las instalaciones se han ido adaptando a las normas de obligado cumplimiento y que no existen deudas pendientes con la comunidad de propietarios, las compañías de suministro, las haciendas municipales y autonómicas o algún tipo de expediente disciplinario en el área de urbanismo.

Es recomendable no acometer la compra de una vivienda antigua si no se cuenta con el asesoramiento de un profesional en reformas, capaz de detectar deficiencias y de evaluar costes, factores que pueden ser determinantes a la hora de negociar el precio de compra.
Si este proceso se realiza con rigor y seriedad, el comprador terminará teniendo una vivienda única, adaptada a sus necesidades y gustos, bien situada y a un mejor precio que una vivienda nueva.